Un día de hace bastante tiempo, viajando en coche con mi familia creo que era, se me ocurrió preguntar a mi padre algo así como: ¿tú crees que, desde el lugar desde el que un río aflora… existe un único camino –debido a las curvas de nivel y todo eso- por el que deberá bajar, desde ese mismo punto, hacia una única desembocadura en el mar? …Bueno, la pregunta no recuerdo muy bien cómo era, recuerdo que entonces tampoco la supe formular bien, y me respondieron algo así como “eso que preguntas no tiene sentido…”, creo que nunca logré explicarme al respecto, y decidí dejarlo ahí, pero yo para mis adentros entonces, igual que ahora, sabía que me entendía. O, al menos, me dominaba una sensación interior que me llegaba clara, una duda, aunque no pudiera explicarla del todo inteligiblemente en palabras…
La pregunta, finalmente, supongo que al final es: ¿existe un camino marcado siempre, de antemano, del que ya no se puede salir? Es una pregunta tópica y recurrente, cuasi filosófica, de esas que salen siempre en conversaciones, ya sea volviendo en un vuelo desde China, o al final de una comida familiar… Y siempre hay opiniones que se pronuncian: “sí, yo creo en el destino”, “no, yo creo en la voluntad humana” “nuestra vida son dos puntos, este y este, y al final, por distinto que hagas el camino, o sinuoso, no dudes que llegarás al mismo final”, o la más frivolonga “si no ha pasado, es que no valía la pena”… En fin. No me pronunciaré al respecto, pues lo que diría sería igualmente tópico, o una burda filosofada propia de quien desconoce en propiedad las obras de Hegel o Nieztsche, que seguro que tendrán algo mejor que decir ;-). Que el destino final es la muerte ya lo sabemos, eso nos lo han dicho muchos (pero no nos han dicho “qué” es la muerte), pero tal vez no me refiero a eso exactamente. Me refiero más que a “nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir”, a “si juzgamos sabiamente /daremos lo non venido /por pasado”. ¿Es así de determinado todo, en la vida? ¿No hay escape posible? ¿…Ya no queda tiempo para escapar?
Alguien dijo: “El destino no se puede cambiar/ pero sí se puede torcer” (¿un amigo mío?). Me quedo con eso. Yo creo que hay algo muy grande y con mucha inercia que efectivamente resulta demasiado pesado para que nosotros insignificantes hormiguitas, lo movamos. Pero que también “la vida” se trata constantemente de intentar eso que no se puede hacer. ¿Es la vida fácil?
…Hoy en día los ríos se pueden mover. Se pueden torcer. Los ingenieros tuercen los ríos. Tal vez el destino de muchos ríos sea recorrer millas y millas (que queda mejor que decir kilómetros) por territorios agrestes y estériles, y verter luego indolentemente el agua al mar. También creo que en las ciudades en las que periódicamente la gente moría por las inundaciones que traían los ríos, muchos se reirían cuando a uno sólo se le ocurrió la idea de mover el río y sacarlo afuera de la ciudad. “Un río no se puede mover. La naturaleza es como es. Es idiota eso que dices” o algo así le dirían. Supongo que sería la idea de uno contra la de diez mil o más, pero luego un año alguien (¿ese “uno”?) demostró que sí se podía, y las ciudades ya no se inundaron. También creo que por cada diez mil o más ríos que recorren terrenos estériles sin moverse, alguien, uno sólo o menos, decide intentar torcerlo un poco para que llegue a regar tierra que pueda germinar simiente, semillas que llevan a lo mejor lustros esperando (no, no digo que sea pro-trasvases). Supongo que hay ingenieros que mueven ríos, y hay ingenieros que tuercen destinos.
Pero en fin. Para todo eso, imagino, hace falta una convicción más grande que un destino. Dabuti. Casi nada. Y eso, sin contar con la inercia (que, a medida que va bajando, se supone que va ganando el río), ni con el desgaste (de la convicción).
…Me he puesto muy filosófico en esta entrada, lo sé, y sin embargo, les invito a que pasen y dejen una opinión al respecto o sobre lo que les dé la gana.
5 comentarios:
Como que sin embargo, a ver, mi comentario almenos no podía faltar en una entrada tan filosófica como esta, lo sabes jeje. Me ha parecido interesante la parte en la que ese "uno" defiende sus ideas por encima de la gran mayoría, por qué será? :).Besos.
y digo yo...¿vale la pena pensar tanto? ¿Dar tantas vueltas, para qué? si al final ya sabemos qué pasará...mejor no especular sobre lo que hay entre el ahora y el final.
Tanto pensar...y tan poco actuar a veces...
Aplícate el cuento.
A veces puede parecer que pensar no conduce a nada. Cierto es que, las grandes ideas han surgido de una causalidad y otras de la casualidad, y sin acción no hay desarrollo de una teoría que, aplicando la investigación, se pueda llegar a demostrar... No obstante, la reflexión es necesaria para la construcción de un pensamiento racional (incluso diría lógico aun en lo incomprensible)
Resumiendo: Pensar sí ayuda a llegar a un destino, y en ocasiones darle un sentido, por más que paradójicamente pueda no tenerlo. (Ahora me siento cercana a la sensación que podías tener en aquel coche cuando tú mismo sabías que no te estaban entendiendo, aunque probablemente es que no me explique bien)
Quizás no se trate de las posibilidades de los diferentes destinos, si no de las condiciones a las que nos sometemos a estos.
Saludos!
Efectivamente, no he conseguido entenderte -aunque he de decir que hoy tengo la cabeza especialmente embotada- aunque acierto a adivinar que estás diciendo algo complejo y con un sentido que en este momento a mí se me escapa.
Me apunto el darle más vueltas a este comentario tuyo, pq me quedo con la impresión de que tiene su miga... aunque no sé si mi inteligencia dará.
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