domingo, 11 de enero de 2009

Nightswimming


...Hacía sol como digo, pero la mañana era algo fresca, cuando caminaba avenida arriba, en dirección al metro. Es curioso porque, recordándolo todo ahora, en comparación, lo veo como un momento extraordinariamente luminoso… será tal vez, por la oscuridad que me envuelve cuando escribo: cuando anoto todo esto, hace tiempo que cayó la noche (y no me he conseguido dormir).

…Cuando llegué al metro, encontré que la línea 10 estaba cortada. “Es fenomenal”, pensé. Cuando tienes los planes perfectamente atados y reatados, muchas veces pasa que llega un soplo -aunque sólo sea- de algo inesperado, y te tira de la tabla, y se va todo al traste (al menos en la cabeza de uno)…

- ¡Qué diablos le pasa la línea 10? –le dije a la repantingada taquillera. Puedo asegurar que tardó cerca de medio minuto en levantar su ocupadísima mirada.
- Está cortada, ¿no lo ve?
- Ya sé que está cortada, le pregunto que qué… cojones ha ocurrido hoy.- esa línea cada dos por tres la cortaban, he de aclarar.
- …No lo sé, señor- me miraba con los ojos forzadamente hacia arriba, por encima de las gafas. Supongo que el peso del autodefinido le impedía levantar la cabeza en condiciones.- Sólo sé que está cortada.
- Pero bueno, ¿es que esta línea está siempre cortada o qué?

No dijo nada. Quizá yo mismo exageraba esta mañana, pero ya llovía sobre mojado, en lo que a mí respecta, sobre esa línea. Cuando no se paraban los trenes un cuarto de hora, no acababan de llegar nunca, y cuando no, directamente la cortaban, como esta mañana. Algo iba mal con esa línea, y conmigo mismo, según empezaba a considerar, después de lo de los taxis, y al encontrarme ahora con esto.

- Pues ya me dirá que hago para ir a Príncipe Pío, porque la Uno, si no me equivoco, sigue de obras… ¿no? Sólo va aquí la cinco, ¿no?
- …Puede usted retroceder hasta Sol, y trasbordar… -hizo el supremo esfuerzo de mirar en un plano- a la Circular. La Circular llega a Príncipe Pío. …Si le gusta –le dio por añadir, al ver mi cara- …y si no le gusta…

Aquello me tocó los cojones. Aquella tipa mascando chicle y en un plan tan impertinente, era algo superior a lo que podía tragar, según el día que llevaba.

- No mire, lo que voy a hacer mejor es poner una queja. Que ya está bien. Dígame usted su nombre por favor.
- Para qué quiere mi nombre.(…) Ponga la queja si quiere, pero a mí no me…
- Lo quiero, para… hacer constar el tipo de trato que tienen ustedes. Dígame.
- Pues muy bien… -y me dijo su nombre. La gente detrás de mí ya se amontonaba; había montado un cierto taco, y los de atrás tampoco estaban muy contentos, pero quién más, quién menos, lo que quería es conseguir su billete o su información, y seguir camino cuanto antes. Que es lo que yo debí haber hecho, por cierto. Porque cuando ya estaba acabando de redactar la queja, me sentí un poco estúpido, a pesar del enfado… Se la dejé a la ‘simpática’ taquillera, y me dí cuenta de que no tenía billete, ni para retroceder hacia Sol, e ir a buscar la “Circular”, ni para nada de nada. Tampoco tenía muchos ánimos para ello, y muchos menos para pedirle a mi ‘amiga’ un billete, así que me dí el piro. ( ) Ahora pienso que, si no me hubiera puesto así, me hubiera evitado todo lo de después.

Salí del Metro que echaba chispas, sin muchas ganas de nada, la verdad. Y miré a mi alrededor.Entonces se me ocurrió una ‘brillante’ idea. Si atravesaba el Parque, tomando un atajo (espacio-temporal, debía de ser por lo menos) podía llegar andando a las oficinas de Duscer en no demasiado tiempo. Como digo, debía de haber perdido la cabeza…

5 comentarios:

Rosa Negra dijo...

Menuda historia la que nos traes esta vez.
A mi el metro siempre me vuelve algo "loca", más de lo que, ya de por si, suelo estar...
Pasillos, salidas... No sabes cual tomar. Gente corriendo de un lado a otro para coger precisamente ese que que divisan parado a lo lejos, justo antes de bajar del todo las escaleras, (las que, aún siendo mecánicas, suelen estar paradas).
¿Y tanto ataque de nervios para qué?, si tardará unos minutos en llegar el siguiente.

En fin, "People are strange" mi querido amigo xD.

Por cierto, bonita canción la que elegiste como encabezado.

"La fotografía se refleja,
cada farola un recuerdo.
El baño nocturno merece una noche tranquila..."

Besos!

Anónimo dijo...

Esto... igual me meto donde no me llaman, pero, la hoja de reclamaciones que te dio es la homologada, por triplicado autocopiable, no? y quiero pensar que no harás como mucha gente que el hecho de llevarla a la oficina de Consumo te parezca un rollo y no lo hagas o se te pase el tiempo, porque, si no lo sabes, y repito, me estoy metiendo donde no me llaman, la reclamación no surte efecto, y además de ello yo personalmente me ubiera dirigo por mail , en el apartado correspondicente de quejas/sugerencias de metro haciendoles llegar lo mismo.
Igual me dices que es perder el tiempo, pero así nos pasa a los españoles lo vamos dejando todo...y con ciertas cosas hay que ser un "tocapelotas" por lo menos.

1 saludo

El-Al-Eim dijo...

Myriam: encantador comentario el tuyo, me fascinan el poemilla, y la personal y atraviliaria visión del metro...
En realidd, esto se supone que es un 'capítulo' de una sere, que promete llegar con más 'nightswimming' (osea, una hª + larga), aunqe me acabo d dar cuenta de q me faltaría el primero.

Lectora desconocida, me ha dado un vuelco el corazón al leer su nombre... la conozco? Por otra parte... 'oficina de consumo', ah, q eso existe? ...Pues no fuí yo sino un personaje a quien sucedió esta historia, pero es cierto q yo 'mimmo' detesto el trato que nos dan en el metro, y q los esspañolitos, mucho qejarse mucho qejarse, y al final no sabemos ni q existe una Oficina de Consumo...

Rosa Negra dijo...

Si, Madrid es una ciudad colmada de "inspiración" para este tipo de críticas, almenos para mí.
La sensación de andar a camara lenta mientras el resto avanza deprisa me ha perseguido siempre que la he visitado, sobretodo en dicho lugar y en la Gran Vía.
Siempre quedará ese "retiro" al Templo de Debod o visitar al Angel Caído como terapia "anti - estres - madrileño", (nueva expresión) jajaja.
Y esas noches por Malasaña en compañía del clan "Riders on the storm",unas birras y charlas interminables con una buena música :).
Ya mismo me tendreis por alli, ¿llevaré la lluvia conmigo esta vez?, quien sabe... jeje

Un beso.

Anónimo dijo...

Mi querido Al-El-Eim, bueno, no tenemos tanta confianza, asi que apreciado Al-El-Eim, porque nos vamos a conocer??? está claro que he puesto desconocida, por eso mismo. Y por lo que veo tu corazón es fuerte, aguantó el vuelco, claro que vaya usté a saber qué lado oscuro esconde para que de repente se haya pegado tal susto, ironic mode off.
El trato que nos dan en el metro y en otros tantos servicios públicos y/o privados... pero no voy a seguir por esos derroteros, solo añadiré que en los privados hay que saber que no siempre lo que se paga da derecho a carta blanca.
Al final puntillosa y tocapelotas, sorry.
Pero al menos conseguiste un poco de desahogo, pues no le des mas vueltas a mi comentario.
:-)

1 saludo